Esta playa es de fuerte oleaje y ofrece un espectáculo visual muy llamativo, ya que su arena gris oscura contrasta con las multicoloridas sombrillas y con la blancura de su espuma que resulta de las grandes olas reventando.
La playa es ideal para los amantes del surf y windsurfing en los meses de abril a junio ya que las olas alcanzan grandes alturas, y en algunas ocasiones alcanzan a medir 8 metros.
Existe en ella una zona donde se permite acampar a los turistas.
Su característica "Ola verde" (así se llamó a la gran ola que se derivó después de un temblor y que devastó el pueblo de Cuyutlán) es uno de sus mayores atractivos.
Limita tierra adentro con el pueblo de Cuyutlán desde donde se puede observar la Laguna de Cuyutlán.