De esa cantidad, 248.144 eran paraguayos,[2] 104.984 bolivianos, 47.455 peruanos, 10.785 uruguayos, 5.349 chilenos, 4.603 brasileños, 914 ecuatorianos y 216 venezolanos.
[3] Para regularizar su situación migratoria, la persona interesada debía presentarse ante la autoridad competente del municipio en que vive con su cédula de identidad, pasaporte o certificado de nacionalidad y dos fotos carnet.
Esto le permitiría al individuo acceder a una credencial de «Residencia Precaria», con la que podría permanecer, salir y reingresar a Argentina, estudiar, y obtener el CUIL provisorio para trabajar de manera legal hasta obtener su radicación definitiva.
[1] El plan fue elogiado por medios extranjeros[4] y organismos internacionales como la OIM, cuyo director general, Brunson McKinley, sostuvo que el plan Patria Grande era «un ejemplo mundial» que debería ser copiado por los Estados Unidos.
[5][6] Por otro lado, ha generado fuertes críticas, debido a que la inmigración descontrolada y con requisitos blandos repercutió más negativamente en la Argentina, derivando en el aumento de terrenos tomados, auto-segregación de algunas comunidades bolivianas en las aglomeraciones urbanas (no teniendo casi contacto con el resto de la población), y mayor delincuencia.