Las pisadas pueden rastrearse en el seguimiento durante una cacería y también pueden probar la evidencia de actividades.
[2][3] Las pisadas pueden también permitir al detective deducir la altura aproximada por el tamaño del zapato.
Más allá de este plazo se considera vieja por la razón de que el olor del animal se ha desvanecido ya y los perros no pueden por tanto seguir el rastro.
La ciencia de la huella o rastro estriba en casi dos únicos factores: Los venados, jabalíes y tapires son grandes amigos de embarrarse y embarrar su charco o arroyo.
Si al llegar, el agua está clara, la huella es anterior a algunas horas y por lo tanto, vieja.
En tierra arenosa resulta más difícil porque el agua se aclara mucho antes.
[8] Las pisadas se han preservado como fósiles y proporcionan pruebas sobre la vida prehistórica.