Pippalāda

Cuando su esposa encontró los restos de Dadichi, quiso suicidarse realizando el rito sati (arrojarse a una fogata).

[3]​ Una rama de los recitadores del Atharva-veda (que mantuvieron vivo el texto completo hasta la actualidad) se llama pippalada shakha (la rama de Pipala-Ada) y suponen que la inició él.

Su madre esperó hasta que el bebé naciera y —siguiendo la costumbre satí de las viudas hinduistas— abandonó al recién nacido bajo un árbol de pippal y se suicidó arrojándose a una fogata.

En su vejez, ya un religioso reconocido, Pippalada decía que ningún ser humano lo había criado, sino los árboles.

Cuando Pippalada creció, quiso saber quiénes habían sido sus padres y los árboles le contaron la historia.

Pippalada vivió varios meses en el bosque hasta que encontró a Shiva y lo complació con oraciones.

—Pero tu cuerpo ha sido creado de los devas, por eso tengo que matarte a ti también.

Shiva entonces le dijo a Pippalada que si se quedaba en esa región del bosque, la yegua no lo atacaría.

Los devas le pidieron a Shiva que los salvara de la yegua salvaje.

Pippalada accedió, pero dijo que quería ver a sus padres una única vez.