Pipera
A finales del siglo XIX, era un pueblo entonces llamado "Tătărani", que pertenecía a la comuna Băneasa-Herăstrău y tenía poco más de cien habitantes.[1] En 1925 pasó a la comuna de Colentina-Fundeni.Hasta el año 1995 era una localidad separada físicamente de la capital rumana, pero a raíz del gran boom urbanístico que conoció esta población (se llegó a denominar como El Dorado) fue anexionada a Bucarest.En estos diez años se construyeron alrededor de unas 1.400 casas unifamiliares, transformando así a Pipera en una de las áreas residenciales más caras de todo Bucarest.El barrio está comunicado por transporte público con el centro de la capital nacional.