Condicionamiento clásico

Este autor ideó unos experimentos con perros que son la base del condicionamiento clásico.

Así, el perro estaba dando una respuesta (en este caso, la salivación) a un estímulo (la campana).

En esencia, el filósofo dijo «Cuando dos cosas suelen ocurrir juntas, la aparición de una traerá la otra a la mente».

El interés inicial de Pavlov era estudiar la fisiología digestiva, lo cual hizo en perros y le valió un Premio Nobel en 1904.

La primera representa la relación entre un estímulo, que aunque evoca la respuesta típica de la especie ante él (por ejemplo orientarse hacia la fuente de un sonido), podemos considerar como neutral respecto a la respuesta que estamos intentando condicionar (por ejemplo la salivación).

La prueba de que el condicionamiento se ha llevado a cabo consiste en presentar sólo el estímulo condicionado (EC), sin el estímulo incondicionado (EI), observando que la respuesta condicionada (RC) se produce de manera consistente, siempre y cuando se siga presentando, aunque sea de manera ocasional, la presentación del estímulo incondicionado enseguida del estímulo condicionado.

De esta observación, predijo que, si un estímulo particular estaba presente cuando al perro se le proporcionara su ración de alimento, entonces este estímulo se asociaría al alimento y provocaría salivación por sí mismo.

Los estudios de condicionamiento clásico en seres humanos han desatado una gran controversia en lo relativo a hasta qué punto son generalizables a los seres humanos las conclusiones obtenidas en los experimentos realizados con otros animales.

Por ejemplo si algo nos asusta mucho, por un condicionamiento anterior (avión, perro, incidente…), un sonido, un aroma o una visión que se asocie a esa situación provocará inquietud y temor, aunque no tan intenso.

Perro pavloviano