Perineumonía contagiosa bovina

mycoides variedad SC (Small colony) es el agente responsable de la perineumonía contagiosa bovina.

mycoides variedad SC sólo sobrevive en el interior de los animales y es fácilmente inactivado por los distintos factores medioambientales.

El reservorio de la enfermedad es exclusivamente animal debido a la escasa resistencia medioambiental del agente.

En estos animales se producen secuestros pulmonares que bajo determinadas circunstancias estresantes (transporte, hambre, cansancio o enfermedades intercurrentes) pueden abrirse y activar la eliminación de bacterias.

Además del contagio directo, es posible aunque poco frecuente y de corta dirección otro indirecto vehiculado por el agua, alimentos o fómites.

En esta zona en la actualidad es la enfermedad bovina que más pérdidas económicas ocasiona.

En España el último brote se produjo en 1990 pero existen focos activos en Portugal por lo que hay un riesgo cierto de una nueva reintroducción.

Presenta un marcado tropismo por el tejido intersticial, parénquima pulmonar y serosa pleural.

Estos focos necróticos pueden ser encapsulados (secuestros), produciéndose una aparente mejoría o curación, aunque el agente nunca es eliminado por completo, pudiendo ser liberado de los secuestros bajo determinadas circunstancias estresantes con recidivas clínicas y eliminación de exudados virulentos.

El animal se muestra deprimido, no come, presenta fiebre y tose ante los esfuerzos.

Conforme evoluciona el proceso el animal evidencia cada vez mayor dificultad respiratoria, con la boca abierta, cuello y cabeza extendidos y los codos separados con el objeto de disminuir el dolor torácico e incrementar la capacidad pulmonar (posturas ortopneicas).

Los tabiques interlobulillares se encuentran ensanchados lo cual confiere al pulmón un aspecto típicamente marmóreo.

Para confirmarla definitivamente hay que recurrir a un diagnóstico asertivo de tipo laboratorial mediante el aislamiento y la identificación del agente causal.

Esta identificación se puede realizar por técnicas bioquímicas o moleculares (PCR) mucho más sensibles y específicas.

Existen vacunas vivas, atenuadas por cultivo en medio artificial o en huevo embrionado, más eficaces éstas (revacunación bianual frente a anual), aunque con mayor virulencia residual que las primeras.