[1][2] Necesita una buena iluminación para su crecimiento, sin llegar a ser expuesta al sol directo ya que puede producirle quemaduras y deshidratación.
Es aconsejable un sustrato de humus, grava o arena gruesa y turba, prefiere un ambiente con alta humedad, sobre todo en climas cálidos, pero es sensible al riego excesivo ya que causa pudrición en las raíces.
Asegúrate de seguir las instrucciones del fertilizante y no exceder la dosis recomendada.
Es recomendable podar las hojas secas o dañadas de la Peperomia argyreia para mantener una apariencia saludable.
Si el ambiente es muy seco, puede sufrir el ataque de ácaros, esto se puede notar porque las hojas crecen con deformidades y se tornan de un color amarillento, las babosas y caracoles pueden mordisquear o incluso devorar por completo los pecíolos.