Península de Santa Elena

Su origen geológico es muy antiguo, por lo que presenta un relieve de salidas y entrantes en sentido perpendicular a la costa, lo que le da al litoral características rocosas, con abundantes acantilados y numerosas bahías.

En ella se encuentra el cabo Santa Elena, punto extremo occidental del territorio nacional.

Geológicamente y junto con la península de Nicoya, constituye uno de los basamentos más antiguos de esta nación centroamericana,[1]​ Su emersión se ha calculado en 80 millones de años.

[2]​ Sobre su superficie se encuentran expuestas rocas del manto terrestre (peridotitas y dunitas) provenientes de la profundidad de la Tierra, además de rocas sedimentarias en diversas posiciones y ángulos, lo que demuestra el dinamismo de la evolución geológica del país.

[3]​ Debido a esto, se le considera un icono geológico nacional, cuyo estudio fue declarado de interés público mediante el Decreto Ejecutivo N.º 36574 del 9 de agosto de 2011.