Nadó hasta debilitar su cola, provocando que sea el único punto vulnerable en el cuerpo acorazado de la criatura.
La Peluda surgió de su cueva en la Edad Media y se escondió en la ribera del río Huisne en Francia.
Arruinó cosechas con su aliento de fuego y pisoteaba a sus víctimas con sus poderosas patas.
Un día, atrapó a una doncella y la arrastró herida al lecho del Huisne.
Finalmente se enfrentó al monstruo y cortó con la espada la cola de la Peluda, su único lugar vulnerable.