Suelen alcanzar los 25 cm de caparazón, pero a este se le debe sumar su largo cuello.
Son de hábitos solitarios y los machos tienden a pelearse por cuestiones territoriales.
Y, luego de su introducción a nuevos ambientes, puede encontrarse en Singapur, Tailandia, e islas Batán.
Durante el apareamiento, el macho muerde el cuello de la hembra para evitar que se escape y poder llevar a cabo la cópula.
Para criarlas, se debe mantener el macho separado de la hembra, juntándolos únicamente para copular.