Su padre, Simón Dot Canalias, hijo de labradores, era un reconocido jardinero, con vivero propio, especializado en la producción de árboles frutales, y tenía relaciones comerciales en toda Europa.En 1910, en un viaje para ampliar conocimientos, fue a la Exposición Universal de Bruselas (1910) y parece que visitó varias exposiciones de flores y profesionales del sector.Durante el viaje pasó por París, y junto al Pont Neuf del río Sena adquirió el libro Las Rosiers de Cochet-Cochet y Mottet: parece que esta fue un hallazgo fundamental para sus inclinaciones hacia el mundo de las rosas.[4] De joven se relacionó con círculos catalanistas y republicanos (Fomento República Autonomista, 1909).Su compromiso social y sus ideas catalanistas y republicanas, de carácter moderado, y su arraigo en el país, también dieron muchos nombres a sus rosas (Catalònia, 1931; 'Girona', 1936; Lleida, 1936; Àngel Guimerà, 1926; Àngels Mateu, 1934; Poblet, 1934; Mediterrània, 1943...), así como otros nombres relacionados con sus actividades profesionales en el ámbito nacional e internacional (Francesc Curbera, 1923; 'Mme.Pere Dot había dedicado una rosa a Oleguer y en una visita de Forestier en su casa, Oleguer se la mostró, el arquitecto quiso conocer el obtentor de aquella rosa, y juntos viajaron a San Feliu.En el encuentro, como explicaba Pere Dot años más tarde, Forestier le animó a seguir creando rosas ya participar en los concursos de Bagatelle.[5] Muy pronto, además de su participación en los concursos internacionales, mantuvo relaciones con numerosos roseristas (M. Leenders, Kordes, Lévêque, Pernet, Hewart, Dikson, Mallerin, Bucher ...) y viveristas de todo el mundo, como, por ejemplo, vale la pena destacar que en el catálogo de Hazlewood Bros.[6] Hay que remarcar su relación con los Estados Unidos (en el ámbito comercial con Conard Pyle); escribía o estaba presente con cierta asiduidad en el American Rose Annual[7] y se relacionó, a lo largo del tiempo, con el Dr. JH Nicolas, director técnico de "Jackson and Perkins", que aconsejado por Forestier le visitó en San Feliu por primera vez en 1925, y con el Dr. Griffith Buck, con quién, después de la Segunda Guerra Mundial, tuvo una fluida correspondencia.Un ejemplo es la hibridación de Rosa moyesii, cuestión ésta, nunca conseguida anteriormente.
Pedro Dot en sus campos de rosales en los años 30.
Monumento a Pedro Dot, en la plaza Pedro Dot de San Feliu de Llobregat.