Es Presidente emérito del Consejo Pontificio para la Cultura, Presidente emérito del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
En esta función, estuvo presente en la solemne apertura del Concilio Vaticano II y trabajó al lado de Juan XXIII y Pablo VI.
Recibió la ordenación episcopal el 6 de abril y, al mismo tiempo fue llamado a unirse al Colegio de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y al Secretariado para los no cristianos.
También ofreció su colaboración con estudios y artículos a las revistas más prestigiosas de la cultura católica en el mundo.
Fue presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo con los no creyentes hasta el 4 de abril de 1993, cuando este se fusionó con el Consejo Pontificio para la Cultura.