Fue el arzobispo de Montreal entre 1968 y 1990, siendo elevado al Colegio Cardenalicio en 1988.
Paul Grégoire nació en Viauville, Montreal, hijo de J. Albert Grégoire y Marie Lavoie, pero se mudaron a Verdún poco después de su nacimiento.
Tuvo dos hermanos más pequeños; pero además sus padres adoptaron a nueve de sus primos.
Ocupó en diversas ocasiones el cargo de vicario general cada vez que el cardenal Léger asistía a las sesiones del Concilio Vaticano II en Roma.
En particular, se dedicó a la estructura de la curia diocesana.