Los partidarios de Adams, incluyendo a la mayoría de antiguos Federalistas (como Daniel Webster y el propio Adams) acabarían creando el Partido Nacional-Republicano; y aquellos que apoyaban a Jackson ayudarían más tarde a la creación del moderno Partido Demócrata.
La coalición ad hoc que apoyó a John Quincy Adams se deshizo al perder este la reelección en 1828.
La oposición a Jackson, el nuevo presidente, se aglutinó en el Partido Nacional-Republicano creado y dirigido por Henry Clay.
Su programa se basaba en el Sistema Americano de mejoras internas financiadas por el estado y la aplicación de aranceles proteccionistas, que fomentarían un rápido desarrollo económico.
Por eso, las bases idealizaron a Clay por su perspectiva sobre los intereses nacionales.