Partes interesadas

miembros del equipo) y que se ven directamente influenciados (ej.

[3]​ Por último desarrollará una estrategia acorde a las partes interesadas más importantes, de manera que sepa aproximadamente como éstos tenderán a responder, y así poder ganar su confianza y su apoyo.

Para ello, una vez identificados los stakeholders, deberán ser gestionados en cada fase del proyecto.

[8]​ Como herramienta para administrar las partes interesadas, los directores de proyecto pueden desarrollar redes internas y externas, tanto formales como informales, entre los asociados al proyecto (por ejemplo: empresas, agencias, administradores, expertos, empleados y líderes de opinión).

[7]​ Para medir la capacidad que tiene el director de proyecto en gestionar las partes interesadas, deberemos evaluar distintos factores.

Habitualmente los directores de proyecto cuentan con un poder formal reducido respecto a las partes interesadas externas a la organización del proyecto, por ello cobra especial importancia la relación y la comunicación que ha de mantener con ellos y con otros posibles futuros interesados o afectados.

Para alcanzarlo tienen que prestar especial atención a aspectos de comunicación para poder ejercer la mayor influencia positiva sobre estos.

Finalmente la gestión hacia afuera sería aquella que atiende a las necesidades de todas las partes interesadas externas al proyecto.

Se debe usar este abordaje de la evaluación para comprometer a los que apoyan al proyecto.

Los que apoyan son los partidarios con alta influencia y se interesan en el proyecto.