Con fácil acceso, y carreteras pavimentadas en buenas condiciones puede llegar a su ubicación.
También se conservan múltiples pinturas rupestres en las cuevas y cavernas locales, las primeras de hace nueve mil años, las más recientes de hace quinientos.
Este proceso dejó una gran masa entera de piedra caliza que en la actualidad albergan miles de cuevas dispersas por Brasil.
El río Peruaçu, un afluente del río São Francisco, tuvo su curso natural cercado por una piedra caliza tan masiva que con el tiempo la acción erosiva del agua ha estado tallando, en busca de una salida.
La jornada de puertas abiertas se debe hacer con mucho cuidado para no dañar los espeleotemas que tardaron millones de años en formarse.