Este tema fue durante siglos un tema sumamente debatido en la astronomía, pero era tan difícil de establecer que solo a comienzos del siglo XIX pudo lograrse medir para las estrellas más próximas.
[2][3] Debido a que era complicado hacer un paralaje estelar, no fue hasta el siglo XIX cuando se utilizó como argumento científico contra el heliocentrismo.
La medición de la paralaje anual fue el primer método fiable para medir la distancia a las estrellas más cercanas.
La primera medición con éxito de una paralaje estelar la realizó Friedrich Bessel para la estrella Cygni 61 usando un heliómetro.
[2][6] Dado que es tan difícil de medir, solo se había logrado unas 60 paralajes estelares a finales del siglo XIX, la mayoría utilizando un micrómetro astronómico.
Los astrógrafos lograron acelerar el proceso mediante la utilización de placas fotográficas astronómicas a principios del siglo XX.
[8] Los ángulos que implican estos cálculos son muy pequeños y por ello difíciles de medir.
En 1989 se lanzó el satélite Hipparcos, para obtener la paralaje y el movimiento propio de las estrellas cercanas, lo que incrementó diez veces el alcance del método.