La paradoja de Yablo toma su nombre de su creador, el filósofo, Stephen Yablo del Instituto de Tecnología de Massachusetts quien la expuso en su forma más corriente en 1993, en la revista, Mind (el pequeño artículo se llama, Paradox without self-reference, (Paradoja sin auto-referencia).
[1] Su importancia reside en que va en contra de la creencia tradicional de que la autoreferencia es condición necesaria para la existencia de una paradoja y, por lo tanto, muestra las debilidades de los numerosos intentos de evitar paradojas basadas en la prohibición de la autoreferencia.
A pesar de ello, no es una paradoja propiamente dicha sino un bucle infinito, por lo que se podría solucionar el error simplemente estableciendo un parámetro de finalización.
Tenemos una lista ordenada numéricamente e infinita de oraciones, cada una de las cuales dice que todas las siguientes son falsas.