Pantites fue un guerrero espartano, uno de los trescientos enviados a la Batalla de las Termópilas.
El Rey Leónidas I ordenó a Pantites a permanecer en una embajada en Tesalia, posiblemente para reclutar aliados para el venidero combate.
Pantites falló, y no regresó a tiempo a las Termópilas, encontrándose con sus camaradas muertos.
Cuando regresó a Esparta, fue tratado como un infame.
Incapacitado para soportar la desgracia, decide suicidarse.