Para eso decide seguir los consejos de sus capitanes, todos con experiencias logradas en las campañas que intervinieron.
Algunos piensan que el lugar más conveniente es Salta, otros manifiestan que el sitio más adecuado es el Valle de Paspala, entre los Ríos de Ciénaga y Jujuy.
Palpalá fue poblada por inmigrantes sirio-libaneses, españoles, peruanos, chilenos y bolivianos, quienes abrieron negocios que permitieron el desarrollo de la ciudad.
Los primeros comercios se alojaron junto a la estación de trenes Manuel Nicolás Savio, como la "Farmacia Güemes" o la "Casa Esper".
De esos habitantes, el 50,2% son del sexo femenino, y el 49,8% masculinos.