Como es habitual en la narrativa de Conget, la trama argumental está perfectamente trabada mediante una estructura compleja y precisa en todos sus detalles.
La primera es la del hermano menor, Juan Carlos /Charlie, novelista y profesor español de "treinta y pico años" que vive en Londress y nos va recreando en secuencias alternantes el último día de su vida, desde que se levanta por la mañana hasta que por la noche consuma el gesto, es decir, se suicida: "el gesto, en tu caso, no castiga al mundo, qué pretensión, solo constata tu incapacidad para habitarlo" (pág.
En la narración se entremezclan, además, dos cuentos (dos llamadas de socorro) que Juan Carlos ha enviado sucesivamente a su hermano y cuyo significado éste sólo logra interpretar cuando ya Cherlie se ha suicidado.
Al igual que en las novelas anteriores del autor, abundan el humor, la ironía y la parodia satírica de la vida española.
En este sentido, las reflexiones finales de Raúl son aclaratorias: "Porque quizá pude evitarlo: yo era su hermano mayor, a mí acudió, a mí me hacía caso (...) Le habría dicho que entre tanta confusión sólo hay una cosa cierta: que la muerte es nuestra enemiga, la muerte y sus heraldos negros" (pág.