Eran del tipo que los romanos llamaban Feriae conceptivae (o conceptae), es decir, fiestas anuales que no se mantenían en días fijos, sino que eran movibles en función de la fecha que era anunciada por los magistrados o sacerdotes romanos responsables de ellas (quotannis a magistratibus vel sacerdotibus concipiuntur.
Las fiestas en honor de Ceres se celebraban una semana después, usualmente a partir del 2 de febrero.
Sólo duraba un día, que era fijado por los pontífices.
[2] Al mismo tiempo, en el campo, se celebraban las quizás también conocidas como Paganalias o Paganalia, por ser celebradas por los pagi,[3] que ofrecían durante las fiestas tortas sacrificales hechas de trigo y del sacrificio de una cerda preñada.
Es probable que al principio se celebrasen en dos momentos, separados por una semana, y que con el tiempo, se establecieran en tres días consecutivos, los días 24, 25 y 26 de enero.