Pese a que en euskara también signifique pantano, el concepto en euskara es más amplio y también es utilizado para designar zonas bajas de tierra inundadas por agua, tanto de naturaleza salada o dulce.
Esta etimología es recogida por autores como Luis Mitxelena en su libro Apellidos Vascos y por Jaime de Querexeta en su libro Diccionario Onomástico y Heráldico Vasco, además de ser mencionada por el profesor Wilhelm Meyer-Lübke en el III Congreso de Estudios Vascos.
Otra versión menos extendida - y por tanto menos plauxible-, dice derivar de la palabra adur o azur, lo que vendría a equivaler como zarzal.
También en el lugar hay una fuente llamada Paduroste, y cerca del topónimo de extensión media denominado Larrinbeibar, se encuentra otro de extensión puntual denominado Padureta.
Siendo originarios de Orduña, acompañaban a su tío materno hasta Porcuna, sin determinar su causa, pero todo apunta que tuviera relación con la profesión de los dos hermanos, la escribanía.
E avían sangre por casamientos con los de Ugarte, pero no se querían bien porque eran vezinos.
Martín Padura por su parte se afincó en Porcuna, casándose en 1591 con Ana de Porcuna Gallo, quien sería el germen de la extensión -entre otros- a lugares como Madrid, Extremadura, Andalucía y Aragón.
Mientras que Maria Jacinta llevó el escudo de Martín Padura Egiluz al frontis del Palacio Ceballos El Caballero, en Argomilla de Cayón, Cantabria, Diego Felipe nombra en su expediente de Calatrava la versión del escudo más extendida junto al lema.
No obstante, era común que las nuevas ramas crearan sus propios blasones, como son los ejemplos de: