Pacto por el Euro

El pacto ha sido duramente criticado por sindicatos, grupos sociales y grupos de izquierda ya que las medidas supondrían reformar el sistema de pensiones y de prestaciones sociales, reduciendo los derechos de la población.

Los que proponen el pacto alegan que es la única forma de romper el círculo vicioso del endeudamiento.

[2]​ Los gobiernos de Alemania y Francia propusieron en 2008 un pacto por la competitividad, y volvieron a hacerlo en 2010 con la crisis de la deuda soberana griega, pero es en 2011 con tres países bajo rescate financiero (Grecia, Irlanda y Portugal) cuando finalmente los países de la Unión han accedido a pactar una política económica común.

El Pacto es un compromiso formal: Todos los Estados que forman la moneda única se comprometen a seguir una serie de políticas económicas comunes, con propuestas para corregir los aspectos que han fracasado en sus economías.

Se trata de conseguir que las empresas que utilizan el euro en los mercados mundiales sean más fuertes, lo que, en teoría, redundará en un aumento del flujo comercial y exportador de la UE, en una mayor estabilidad financiera, en unos Estados menos endeudados y en un crecimiento económico más sostenible.