El Ovis longipes palaeoaegyptiacus es un tipo de arruí salvaje extinto que se encontraba en el antiguo Alto Egipto y Nubia.
El Ovis longipes palaeoaegyptiacus era uno de los dos ovinos que comúnmente se domesticaban, utilizándolos para los relieves de las primeras tumbas faraónicas, generalmente debido a sus peculiares cuernos ligeramente en espiral que surgían de ambos lados de su cráneo.
Un tipo similar de ovinos llamados Ovis platyura aegyptiaca tenían cuernos que se desarrollaban hacia abajo y se enroscaban hacia adelante.
Más tarde, estas dos variantes de ovinos llegaron a gozar de un importante valor religioso, así como también un uso doméstico.
Heródoto cuenta que los primeros egipcios no usaban lana, pero algunos eruditos sostienen que esta estaba destinada solo a los sacerdotes y que hay pruebas arqueológica, incluyendo el cuerpo de un hombre envuelto en lana que data de la Primera Dinastía en un entierro en Helwan, que demuestran este punto.