Orestes Parte

Orestes y Electra penetran, en penumbra, con gran cuidado, en la habitación vacía de su madre, dominado por el enorme tocador donde ella se peina.

Tras cada hoja del espejo, una actriz es su imagen, de modo que, al moverse, resulten cuatro y, al hablar, lo hagan a coro, salvo cuando, a juicio del director, se repartan los diálogos.

Clitmenestra peina lentamente su cabello, como quien se entrega a un rito que requiere todo el fervor.

Su larguísima cabellera cruza todo el escenario hasta terminar en ese extremo donde Orestes juguetea con sus puntas.

Los cuatro personajes juegan a las cartas, pero solo una Clitmenestra está sentada: las otras tres se mueven sin cesar, atisban las cartas de los jugadores e informan -con señas imperceptibles para los demás- a la Clitmenestra que juega, con lo cual siempre gana.