Su capital administrativa es la ciudad de Coca, la cual además es su urbe más grande y poblada.
La provincia de Orellana está constituida por cuatro cantones,[3] con sus respectivas parroquias urbanas y rurales.
Las actividades principales de la provincia son la extracción petrolera, el comercio y la agricultura.
Años más tarde, en 1541, Gonzalo Pizarro realizó una nueva exploración que terminó con el descubrimiento del río Amazonas.
Se basó en que los países desarrollados paguen a Ecuador cada año una compensación económica para mantener ese territorio sin explotación petrolera, con la mitad de lo valorado en su posible explotación, el estado ecuatoriano participaba con la compensación económica de la otra mitad, al negarse a explotar el parque nacional y no exportar el petróleo a otros países.
En 2013 el estado ecuatoriano canceló la campaña porque no se logró la compensación económica internacional, según lo acordado anteriormente con los que presentaron la propuesta y anunció que un 0.1% del parque nacional se usará para la extracción petrolera,[6] es decir 10 km² (1000,0 ha), lo que se estima generará alrededor de 18.000 millones de USD (600 millones de dólares anuales durante 30 años).
[10] En la actualidad el cargo de prefecta lo ejerce Magali Orellana, reelegida para el periodo 2023 - 2027.
Orellana está dividido en cuatro cantones, que a su vez están conformados por parroquias urbanas y rurales.
Allí es dificultoso visitar los poblados como Loreto y la Joya de los Sachas.
El parque, fundamentalmente selvático, fue designado por la Unesco en 1989 como una reserva de la biosfera y es parte del territorio donde se encuentra ubicado el pueblo waorani del cual dos facciones, los tagaeri y taromenane, son grupos no contactados.
[11] Según un reciente estudio[12] el parque nacional Yasuní y la zona ampliada subyacente se consideran la zona más biodiversa del planeta por su riqueza en anfibios, aves, mamíferos y plantas.
Desde el año 2007 alrededor del PNY se ha formulado una propuesta denominada Iniciativa ITT para mantener el crudo bajo tierra aplicando un tipo de compensación económica internacional, la que no ha podido concretarse.