Se localiza a 647 metros sobre el nivel del mar, junto al río Orés.
Como especies animales encontramos aquí el águila real, águila perdicera, búho real, alimoche, buitre, cernícalo, comadrejas (pañiquesas o paniquesas), lagarto ocelado, tejón y gato montés.
Los primeros habitantes conocidos del territorio donde se asienta Orés fueron los vascones.
Así pues Orés fue durante mucho tiempo territorio fronterizo entre los reinos cristiano y musulmán.
En esos años hizo donación el rey Jaime I de estas poblaciones, con las primicias respectivas, a Teresa Gil de Vidaure y al infante Pedro su hijo.
Esto tiene bastante importancia dado que aunque la propiedad de las tierras perteneció sucesivamente a las personas y entidades antes mencionadas, la Iglesia dependía del Obispado de Pamplona (desde el siglo X hasta el XVIII), desde entonces está bajo la jurisdicción del Obispado de Jaca.
A mediados de este siglo, la Guerra Civil primero y la industrialización más tarde, con la atracción de las grandes ciudades entre ellas Zaragoza, hacen decrecer rápidamente la población, sobre todo a partir de los años sesenta, hasta llegar a la población actual.