Aunque los iraquíes no lograron tomar la ciudad de Abadán el camino estaba abierto para Teherán ya que las defensas iraníes colapsaron.
Los iraquíes sufrieron muchas más bajas que los iraníes, porque el ataque de estos no soportó completamente los asaltos frontales sin apoyo hecho por los CGRI.
Esto eventualmente se consiguió en el camino e Irán comenzó a hacer varias operaciones para conquistar territorio.
El resultado fue este último país no sería capaz de presionar su determinación, pero en vano, los asaltos contra un resurgido ejército iraquí que usaría ataques con armas químicas.
Irak fue apoyado por Estados Unidos y la Unión Soviética que consideraron al régimen huseinista como una opción contra el gobierno revolucionario de Irán.