En Guatemala empieza el juicio de los oficiales militares que comenzaron la guerra civil.
Ernesto, un joven antropólogo de la Fundación Forense, identifica a las personas que han desaparecido.
El protagonista, un antropólogo forense obsesionado por la figura paterna interpretado por el actor mexicano Armando Espitia recompone sobre la mesa los huesos de un cadáver.
[1] La película está filmada en parte en Pambach, en el departamento norteño de Alta Verapaz, cuya comunidad fue masacrada por el Ejército.
Dos mujeres Aurelia Caal que quiere recuperar los huesos de su marido y que podría tener una pista sobre el padre del forense y la madre del protagonista están unidas por la misma atrocidad.