Se fue a Buenos Aires para cursar estudios de danza clásica y contemporánea.
“Siempre se pensó que con El Chúcaro teníamos una relación más allá de la danza, pero eso nunca existió.
Fuimos grandes amigos, compañeros de labor y estábamos unidos por la magia del baile”, señaló en distintas oportunidades Viola.
En estos doce años al frente del Ballet Folclórico he sentido que ha sido para los gobiernos casi una carga.
Este ballet es un gran proyecto de Santiago Ayala y Norma Viola, debido a que con él pudieron realizar coreografías con mayor cantidad de bailarines, en un ballet privado eso era imposible.