El término es a menudo visto en un entorno legal donde la autenticidad de una firma está siendo desafiada.
Incluso con esta seguridad, es todavía posible alterar los datos en tránsito, a través de un “hombre en el medio” o fraude electrónico.
El origen digital únicamente significa que el certificado o firma de los datos puede ser, con razonable certeza, confiable en ser de alguien quien posee la clave privada correspondiente al certificado firmado.
Si la clave no es apropiadamente protegida por el propietario original, la falsificación digital puede llegar a ser una preocupación mayor.
Por esta doble seguridad, los notarios son la forma preferida de verificación.