Está localizada a orillas del río Tosna (afluente del Nevá), 40 km al sureste de San Petersburgo.
Por decreto de Pedro I, muchos agricultores y albañiles del interior de Rusia emigraron a zonas aledañas a la nueva capital.
Los primeros asentamientos en lo que hoy es Nikólskoye, ocurrieron en 1710.
Inicialmente se construyó una iglesia de madera, y luego pasó a construirse un pueblo (sélo) alrededor de esta.
En 1801 se construyó una iglesia de piedra para sustituir la antigua, que posteriormente fue demolida.