En esa línea, un día después participó en el nombramiento de Joan Caro, un conocido cabecilla del sector moderado, como su capitán para marchar contra la villa de Gandía, donde los agermanados derrotaron al virrey.
[4] Casado en segundas nupcias con Joana Torrent, nacieron de este segundo matrimonio tres hijos, uno de ellos el también pintor Onofre Falcó.
Contratado por su abadesa, sor Damiata de Mompalau, en las labores de escultura y talla trabajaron a partir de 1500 Pablo, Onofre y Damián Forment, encargándose Falcó entre 1507 y 1515 del trabajo de pintura, todavía con fuertes recuerdos góticos.
En ella, como en una sacra conversación a la manera italiana, la Virgen sedente con el Niño sobre las rodillas aparece entre dos grupos de ángeles cantores, san Lucas Evangelista, patrón de la Universidad, y san Nicolás de Bari, que lo era de los estudiantes,[6] conjugando las novedades italianizantes llegadas a Valencia con Paolo de San Leocadio con los elementos de la tradición gótica, tal como, por otra parte, habría hecho el propio San Leocadio, adaptándose a los gustos conservadores de la clientela.
[8] Descartada la existencia del que se llamó Onofre Falcó I y bien documentada la autoría del retablo de la Puridad, las obras anteriomente asignadas al citado maestro de Martínez Vallejo —lo que incluye el tríptico de Santa Ana y un retablo de San Jaime, ambos procedentes de la colección Muntadas y conservados en el MNAC— han pasado a ser asignadas a Nicolás Falcó.