A los tres años, al morir su madre, la llevaron con su abuela a San Feliz de Trevías.
Allí vivió hasta que, con diecinueve años, tras casarse con Antonio Martínez García-Vidal, volvió a Luarca.
[1] De formación autodidacta, comenzó a escribir relatos y poemas en castellano.
Más tarde, empezó a hacerlo en asturiano, utilizando formas poéticas cercanas a las de la poesía oral popular.
Escribió en dialecto occidental, coincidiendo así también y representando una tendencia similar a la de la poeta Eva González de Palacios del Sil.