Los dos últimos a menudo están alineados con el campo magnético galáctico y hacen que la luz dispersada esté ligeramente polarizada.
[1] Las nebulosas de reflexión son usualmente azules porque la dispersión es más eficiente para la luz azul que para la roja (es la misma razón que explica el color del cielo).
Como cualquier nebulosa, se compone de gas, sobre todo hidrógeno y polvo.
Contiene también elementos más pesados como oxígeno, silicio, carbono, hierro y níquel.
Edwin Hubble determinó la distinción entre nebulosas de reflexión y emisión en el año 1922.