Nabu-shuma-ukin I

La duración exacta de su reinado es desconocida, pero probablemente fue al comienzo del siglo IX a. C..

Su gobierno marca un resurgimiento temporal de Babilonia, que siguió con su hijo, Nabu-apla-iddina y los dos reyes siguientes, durante cuatro generaciones.

Se desconocen las circunstancias de su ascensión, así como las relaciones con su predecesor.

[3]​ En contraste, sus relaciones posteriores con Adad-Nirari y con el sucesor asirio, Tukulti-Ninurta II,[4]​ fueron buenas, estableciendo una entente cordial, e intercambiando hijas en matrimonio.

Sin embargo, la Crónica sincrónica es demasiado fragmentaria aquí para asegurar un extenso período de relaciones pacíficas.