El objetivo del cable es la transmisión de energía eléctrica entre dos puntos, pero si trabaja con energía de radiofrecuencia (entre los 20KHz y los 300GHz) el cable se convierte en un radiador involuntario y comienza a generar señales electromagnéticas a su alrededor.
En este caso, el núcleo de ferrita se utiliza para eliminar esas señales de radiofrecuencia indeseadas (EMI) y es necesario para poder cumplir las normas que obligan a evitar la generación de interferencias a otros dispositivos (por ejemplo un cable cercano que pudiese recibir la radiación).
Ofrece gran oposición al paso y propagación externa de determinadas frecuencias de corrientes alternas que circulan por los cables, no así para la corriente directa o continua (DC), permitiendo su flujo por todo el cable y el resto del circuito electrónico.
[2] Los núcleos de ferrita grandes se ven comúnmente en el cableado externo.
Los diferentes materiales de ferrita tienen diferentes propiedades con respecto a la frecuencia, y las necesidades del fabricante ayuda a seleccionar el material más efectivo para el rango de frecuencia.