Ramdan Bey, gobernante de Túnez, apoyó al Murad corso desde su juventud.
Finalmente, fue nombrado también Pasha por el sultán otomano;[3] su posición como bey seguía siendo inferior a la de Dey.
En 1640, a la muerte del Dey, Hamuda Bey maniobró para establecer su control sobre los nombramientos para ese cargo.
La lengua árabe regresó a su uso oficial local, aunque los muraditas continuaron utilizando el turco en el gobierno central, lo que acentúa su estatus de élite y la conexión con los otomanos.
El último Bey muradita, Murad III, fue asesinado en 1702 por Ibrahim Sharif, quien gobernó durante varios años con el respaldo de Argelia.