Los municipios de Finlandia están gobernados por cabildos electos (en finés: kunnanvaltuusto; en sueco: kommunfullmäktige) que son legalmente autónomos y no rinden cuentas a los electores.
El director de Helsinki tiene por nombre ylipormestari en finés y överborgmästare en sueco, es decir «Lord-Alcalde», por razones históricas.
No tienen ningún poder legislativo o policial: estas tareas son de la responsabilidad del gobierno central.
Pueden sin embargo publicar ordenanzas locales para el tráfico de carretera y deliberar las contravenciones.
Las municipalidades levantan igualmente una contribución territorial, que es comparativamente menos elevada.