La muchacha con el juego de la pluma o Muchacha con volante (en francés, La fillette au volant) es un cuadro del pintor francés Jean Siméon Chardin.
Se ha representado a una criatura abstraída en su mundo de juegos.
El artista no intentó en ningún momento dar sensación de movimiento.
La niña completamente inmóvil, la mirada fija, posa reflejando con su actitud la vigilancia permanente de la que es objeto, pero no pierde la naturalidad.
Al igual que ocurre en El niño de la peonza, Chardin refleja aquí a «una criatura, próxima a la naturaleza, inocente y auténtica», que permanece allí donde nadie la inquieta: en el paraíso perdido de la infancia.