Las represalias por este incidente dieron lugar a enfrentamientos armados entre los lugareños y los estudiantes.
Al empeorar la situación, los campesinos se enfrentaron a ellos.
El motín duró dos días, dejando unos 60 estudiantes y 30 lugareños muertos.
El conflicto se resolvió en favor de la universidad.
La penitencia terminó 470 años más tarde, en 1825, cuando el alcalde se negó a participar.