Monumento a la Virgen de la Paz

La tradición relata que durante una noche de diciembre Ildefonso entró en la Catedral de Toledo, impresionado por una gran iluminación dentro del templo, a lo que reporta ver a la Virgen sentada en la silla del arzobispo,[14]​ un acto que fue interpretado como aprobación a las enseñanzas de Ildefonso.

Los atacantes se habían asentado en España, y planeaban convertir la catedral en una mezquita, en cuestión de un año los jefes musulmanes cambiaron de parecer y retornaron el templo a los cristianos.

La zona donde ahora está erigido el monumento a la Paz era habitada por una sociedad aborigen conocida como Eskuke, lugar donde se produjo una sublevación indígena dirigida por el Cacique Pitijoc,[18]​[19]​ de la etnia cuicas—quienes, según la hipótesis Chibchano-Paezano, tenían una misma raíz que los Chibchas y Muiskas colombianos—en contra de los colonos venidos de España.

Con facciones muy originales y un gran ánimo de juventud, la joven aparecía caminando por las tardes a comprar velas para su lumbre, y fue en una pulpería donde unos hombres le preguntaron: ¿Por qué anda sola?

[22]​ Otra versión de la respuesta es: «hijos no se les olvide que ando con Dios, mi protector».

[7]​ La estatua muestra a la Virgen María con una túnica azul, obra realizada por el escultor Manuel de la Fuente y el ingeniero Rosendo Camargo y contó con la colaboración del presbítero Juan Francisco Hernández.

[22]​ A pesar de que el Papa Juan Pablo II nunca visitó Trujillo, la dedicación del monumento a la Paz contó con la presencia del embajador de Venezuela ante la Santa Sede, Luciano Noguera Mora y vino acompañada de un mensaje televisivo del Papa que se difundió a la comunidad católica venezolana.

Durante las fiestas patronales el Monumento a la Paz es uno de los puntos de más actividades religiosas en el estado Trujillo, como misas y procesiones, así como ferias gastronómicas, culturales y recreativas; las cuales se extendieron a La Plazuela e Isnotú.

Desde esta altura se pueden divisar la ciudad de Trujillo, capital del estado homónimo.

Quinto Mirador: ubicado en los ojos de la virgen, a 44 metros, es desde aquí que se obtiene la vista más extensa e impresionante.

La cúpula de la capilla está decorada con un vitral en el centro del cual luce una paloma rodeada de colores luminosos que hacen alusión al esplendor espiritual del símbolo.

El folclore local reconoce que las cuevas se interconectan y que los indios del pasado las usaran no solo para sus ceremonias religiosas sino también para trasladarse a través del Estado.

Si se viene del norte, pasando por Pampán y Pampanito, para luego caer en la antedicha autopista.

Monumento a la Virgen de la Paz.
Vista del oeste de la ciudad de Trujillo desde la base del Monumento a la Virgen de la Paz, Cerro Peña de la Virgen.
Estatuillas colocadas en la montaña en la orilla de la carretera que lleva al monumento a la Virgen de la Paz.