[1] El Monte Pindo forma, junto con la playa de Carnota, el espacio natural llamado Carnota-Monte Pindo, catalogado como Lugar de Importancia Comunitaria y que se encuentra incluido en la Red Natura 2000.
En 2010 nace en su vecindario un movimiento social exigiendo a la Junta de Galicia su declaración como parque natural.
La particular geomorfología del Monte Pindo, salpicada de relieves en bolos de granito, inspiró gran cantidad de historias y leyendas de deidades, esculturas o monstruos y gigantes míticos, incluidas algunas sobre el río Jallas, debido a la cascada del Ézaro por caer sus aguas directamente sobre el agua salada del mar.
En él se pueden encontrar numerosos restos arqueológicos, como petroglifos, útiles de bronce y restos de una supuesta antigua ermita.
En este entorno se encontraban otros dos castillos, pero no se conservan restos materiales determinantes de ellos ni documentación analizable, más que una inscripción en latín en una piedra aislada: Esta inscripción hace referencia a la excomunión que en 1130 lanzó Diego Gelmírez, arzobispo de Santiago, contra el conde de Traba, por tener prisionero en su castillo al arcediano de Trastámara.