La población pertenece principalmente a la minoría de habla eslovena.
La conexión directa con el tráfico rodado internacional ha influido positivamente en la economía del lugar.
No obstante, Monrupino sigue siendo muy tradicional, como demuestran las numerosas y bien conservadas casas típicas del Carso (ital.
kraška hiša), en las que los turistas pueden conocer las costumbres de la zona, así como contemplar herramientas agrícolas y muebles del siglo pasado.
kraška ohcet), en las cuales los novios se casan según la tradición del Karst.