Su trabajo consistía en realizar la carga rápida de la siguiente tarea a ejecutar en un ambiente batch.
Entre las décadas de 1950 y 1970 las computadoras eran dispositivos enormes, controlados mediante una consola.
Se realizaba la carga de un trabajo y éste podía llegar a terminar en cualquier momento (minutos, horas o días después); por lo tanto, cuando el programa terminaba la ejecución, alguien debía realizar la tarea de hacer una nueva carga para ejecutar una nueva tarea.
Antes de comenzar la ejecución, el operador del sistema debía agrupar tareas que fueran similares.
El monitor residente se encargaba de comenzar la ejecución de la siguiente tarea, enlazándola con las rutinas compartidas y no compartidas que necesitaba utilizar, iniciando así la nueva ejecución.