Monedas de euro

Estas monedas tienen un valor nominal distinto a las oficiales y son válidas únicamente en el país emisor.

Inicialmente no existía ninguna legislación en la que se hubiera pensado el cambio de la cara común del euro, por lo que cualquier cambio propuesto debería pasar por una votación en el Consejo Europeo.

[3]​ El diseño original de Luc Luycx tenía un problema: aparecían todos los países que componían la Unión Europea en 1997 (lo que se conocía como la Europa de los Quince), pero la Unión sufrió varias ampliaciones desde entonces.

Por ello, desde el 1 de enero de 2007 (desde 2008 en Austria, Ciudad del Vaticano, Italia, Portugal y San Marino), se introdujo un nuevo diseño para las monedas desde 10 céntimos hasta 2 euros, en el que aparece, sin fronteras, toda Europa (excepto Islandia) y no solo la Unión Europea.

Malta, dado su pequeño tamaño, tuvo que ser representada de manera sobredimensionada;[4]​ mientras que Chipre fue desplazada al oeste respecto a su situación geográfica real para poder ser representada.

Cada país está autorizado a diseñar su propia cara nacional, pero no libremente, sino con una serie de restricciones.

Debido a esto, en 2012, un reglamento estableció que: "Una pequeña proporción, no superior al 5 % del valor y del volumen neto acumulado total de las monedas en circulación emitidas por el Estado miembro, teniendo en cuenta únicamente los años con emisión neta positiva, podrá comercializarse por encima del valor nominal, si así lo justifica una calidad especial, un embalaje especial o cualquier otro servicio adicional prestado".

No obstante, Finlandia optó por adaptarse a dicha recomendación en 2007 y Bélgica en 2008, introduciendo en ambos casos las abreviaturas que identifican al país.

Alemania, Austria y Grecia todavía tienen pendiente introducir la identificación del país en sus monedas.

En 2008 se aprueba una nueva recomendación europea en la que se amplían nuevamente las restricciones en el diseño de las caras nacionales:[8]​ De acuerdo a dicha recomendación, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Luxemburgo y Países Bajos debían adaptar el diseño de sus monedas, aunque esto no afectaba a no ser que se cambiara el diseño de las caras nacionales.

Sin embargo, aprovechó el cambio de diseño para actualizar la imagen del entonces rey Alberto II, lo que contradecía la segunda restricción.

Debido a la nueva recomendación, tras la renuncia del papa Benedicto XVI en 2013 y la consiguiente «Sede Vacante», solo se pudo acuñar una moneda conmemorativa de 2 euros.

Sus aspectos más destacados eran:[9]​ En 2014, se aprobó un nuevo reglamento relativo a las monedas de euro.

[10]​ Por lo tanto, a fecha de hoy (2023), Austria, Alemania y Grecia aún deben incluir una indicación del Estado miembro emisor.

Por otro lado, Eslovenia, Grecia y Luxemburgo tienen que cumplir con la regla de las estrellas.

Finalmente se eliminó la imagen del religioso en el diseño definitivo de esas monedas.

Reverso de las ocho monedas de euro.