Construido a partir de una capilla referenciada desde 1282 y dedicada a San Salvi.
En 1690 fue donada por el marqués de Rupit los franciscanos, que fundaron un convento.
En este mismo siglo se rehace el edificio y en 1801 la iglesia.
Diez años más tarde el lugar es devastado por los franceses, los monjes se refugian en Sant Francesc de Gerona.
Actualmente es propiedad privada y está en proceso de restauración.