Molino flotante

[1]​ Su origen se remonta a la Italia de mediados del siglo vi.[2]​ Descritos en la Encyclopédie Diderot (1751), comenzaron a desaparecer al final del siglo xix, aunque algunos sobrevivieron hasta bien entrado el xx.[7]​ Durante su actividad permanecen anclados al fondo del río o amarrados a la orilla por medio de cadenas, o sujetos a los pilares de un puente, como en el artístico ejemplo impresionista del «Pont aux Meuniers» en París.En principio se recurrió a los esclavos para mover los ingenios molineros, hasta que Belisario instaló bajo el puente Aureliano «dos sogas gruesas sobre el río, las tensó con un cabestrante y las usó para sostener dos barcazas contra la corriente y a solo dos pies de distancia entre sí.Puso un molino en cada barcaza, conectados con una rueda de molino suspendida entre ambas barcazas, que giraba a bastante velocidad con el caudal del agua que pasaba bajo el arco del puente.» Concluye su descripción Graves diciendo que cuando Belisario comprobó la funcionalidad del ingenio, ordenó colocar sogas más fuertes con las que instaló a lo largo de la corriente río abajo hasta cuarenta barcazas más, todas con ruedas acopladas.
Molino flotante en el río Mura de Eslovenia .
Molinos flotantes diseñados por el humanista veneciano Fausto Verancio hacia 1595.